La decisión de la cirugía está condicionada por 2 factores principales, la edad del paciente y la presencia de síntomas específicos.
En pacientes jóvenes, menores de 40 años la indicación de cirugía ante la presencia de una lesión demostrada por una resonancia magnética, aunque no provoque síntomas notables, es de buena práctica ya que siendo la resección del fragmento inestable el tratamiento más habitual, cuanto menor sea el tamaño del mismo, menos repercusión tendrá en el futuro de la articulación.
Esto es porque la historia natural de una lesión meniscal corresponde con la progresión de la lesión a través del tiempo, como si se tratara de un género de tela con una rotura, las fuerzas de tensión que se produzcan sobre él, van a determinar la rotura de la próxima fibra sana, exigiendo una resección de un fragmento de mayor tamaño, perdiendo la acción de absorción del impacto que posee el menisco en forma proporcional al tamaño de la resección.
En personas mayores de 60 años, en cambio las lesiones se producen en un menisco con alteración de su estructura normal, producto del natural proceso degenerativo que produce el paso del tiempo. Deberá intentarse el tratamiento conservador ya que
1 El proceso degenerativo que intentamos prevenir con la cirugía en pacientes jóvenes ya ha comenzado por lo que no será de utilidad en estos casos
2 Los síntomas que presenta el paciente pueden deberse a otras causas, diferentes de la lesión meniscal y es de vital importancia la consulta con un especialista que determine en el examen físico cuál es el motivo principal de dolor
3 La posibilidad de desarrollar complicaciones postoperatorias es mas alta en pacientes de mayor edad, relacionadas habitualmente con el colapso del cartílago articular en su capacidad de absorber el impacto del peso del cuerpo durante la marcha
El único caso en el que se justifica una indicación quirúrgica es cuando persisten los signos específicos de lesión meniscal en el examen físico y el dolor limita la actividad habitual después de haber realizado el tratamiento conservador adecuado.
Entre los 40 y los 60 años, ante la persistencia de síntomas específicos de dolor meniscal, la indicación quirúrgica dependerá de la presencia de signos degenerativos, del grado de actividad deportiva y de la limitación en el nivel de actividad.